Se echan los huevos, la leche y la mantequilla derretida o el aceite, en un vaso alto para minipymer. Se baten.
Se añade la harina, con una cucharadita de azúcar y una pizca de sal.
Se bate de nuevo hasta que se quiten todos los grumos.

Se puede guardar en el frigo, o hacer los crêpes inmediatamente.

Se calienta una sartén nueva o que no se pegue, en buen estado. Se echa un poco de mantequilla y se reparte por toda la superficie (o el aceite si no tenemos mantequilla, pero siempre muy poca cantidad).

Se vierte el líquido de la masa de crêpe sobre el centro de la sartén, poco a poco, hasta que se cubra el 80% de la superficie. Se inclina en círculos la sartén para que se reparta hacia los extremos y cubra todo el fondo. El fuego no debe estar fuerte. 

Esperar a que se haga un poco. Cuidar de que no se queme ni se pegue. Levantar un poco los bordes del crêpe con una espátula de madera (nunca con una metálica), por varios sitios. Ir levantando más, mirando si ya está dorado o hecho. Si lo está, meter la espátula hasta el medio con cuidado y levantar todo el crêpe para darle la vuelta. Se puede uno ayudar de otro instrumento (una espumadera, una cuchara de madera, o cualquier cosa parecida). Hacer lo mismo con el otro lado y cuando esté hecho, echarlo en un plato. Hacer el siguiente. Si está el fondo muy seco, echar un poquito más de mantequilla o de aceite, y repetir la operación.

Para preparar el crêpe, elegir un relleno. Por ejemplo, Nutella. Bastará una cucharilla bien colmada y extenderla en el medio como si fuera el diámetro. Luego ir enrollando el crêpe hasta que quede un rulo, y aplastarlo con cuidado con una cucharilla, intentando extender con la presión la Nutella hasta los bordes. Comer en el momento.